El jugador japonés se convierte en el tercer fichaje de la temporada.

Por Emilio López Ortega (@Emi10Lopez)

Ha sido un mercado algo irregular del Liverpool, por decirlo de alguna forma. Empezó genial, con un MacAllister fichado desde Brighton por algo más de 30 millones y un Szoboszlai que costó más del doble.

Tras no clasificar a Champions League, la afición esperaba una gran inversión y apuestas para volver a competir por todo, y, a decir verdad, después del fichaje del húngaro, las aguas rojas del Mersey no se han movido demasiado, pese a que era necesario que así ocurriera.

Ante el Chelsea, se vio a un MacAllister incrustado por delante de la defensa, carente de una red de seguridad como lo era Fabinho, que se marchó a Al-Ittihad por 40 millones.

Si bien la reestructuración del centro del campo era imperativa y se ha ido realizando de manera paulatina (quizá demasiado, para una afición que esperaba algo más de dinamismo), los dos grandes objetivos de mercado para el centro del campo, Roméo Lavia y Moisés Caicedo, se marcharon a Stamford Bridge, dejando al Liverpool en la estacada.

El Southampton se cansó de los regates de John W. Henry (hablando en términos económicos) y lo vendió al bicampeón de Europa, que no dudó en pagar por el jugador, por 60 millones más algunas variables.

Por otra parte, el ecuatoriano rechazó al club red, pese a que el Brighton, su ya ex-club, alcanzó un acuerdo con los scouser por 115 millones de libras, pero el futbolista dio su palabra a los de Pochettino y la acabó cumpliendo.

El jugador nipón llevara el dorsal numero 3 que llevo la pasada temporada Fabinho

La solución de urgencia la encontraron Klopp y Schmadtke en la Bundesliga, concretamente en Stuttgart, la ciudad natal del entrenador. Wataru Endō, pivote de Die Schwaben, es nuevo jugador del Liverpool.

Con sólo treinta años, firma hasta 2027 a cambio de 19 millones.

Se espera que no sea el único refuerzo de cara al fin del mercado en la parcela central, ya que se han marchado jugadores con experiencia como Henderson, Milner y Fabinho, la mayoría de ellos de corte defensivo, y se necesita otro jugador más, como mínimo, en esa zona, para terminar de apuntalar la renovación.

Otro aspecto positivo de la llegada del nipón es que baja la media de edad del centro del campo, que ya estaba envejecido la temporada pasada.

El asiático podría ser el socio de Ryan Gravenberch, al que también desea Klopp y que sonó en el pasado, aunque el interés se ha reactivado.

El neerlandés, que podría reencontrarse con Gakpo y van Dijk, está dispuesto a salir del Bayern, donde no ha triunfado, y los bávaros no le cierran la puerta