También un día cayó el Barón Rojo. Liverpool 1-2 Chelsea.

Por Jorge Olmos (@george_olmos)

Manfred von Richthofen era el Barón Rojo, aquel que con su caza no paró de destruir enemigos. Tras su caída en el frente, varios pilotos enemigos le rindieron honores, entre ellos Roland Garros que, antes de que pusiera nombre al gran torneo de tenis francés, fue aviador y, como todos los buenos, también cayó en batalla.

El Barón Rojo consiguió 80 derribos y ya con 24 se consideraba al piloto un grande. Así que imaginaros con 80. Von Richthofen con cada derribo que hacía se forjaba una copa, pero como lo hacía tan rápido subió su listón y a los 10 derribos se regalaba una copita de plata para el pecho. Murió con 24 años, un avión inglés le soltó una nota desde el cielo, no lo esperaba. Al caer, todos sus enseres, botas y medallas cayeron en bando australiano y estos se repartieron dicho botín. Los escuadrones aliados estacionados cerca presentaron coronas conmemorativas, una de las cuales decía: «A nuestro valiente enemigo”.

Y es que el respeto nunca se debe perder a tu enemigo. Ayer Klopp, alemán, no le perdió nunca la cara ni el respeto a otro estratega como Sarri. Pero, eso sí, ya arrancó los motores para otra batalla. El «Albatros Red» irá a Stamford Bridge para ganar y quizá lo mismo se hace con una copita de plata.

Del amigo Kevin y su paso por el BAR en vez del VAR, hablaremos otro día.