El gol que cambió la historia del Liverpool.

Hoy se cumplen 35 años de un partido que quedará guardado con letras de oro en la historia red. Una de esas noches en las que lo imposible se hace posible. Se enfrentaron dos equipos punteros en esa época, que tomaron caminos distintos tras esta eliminatoria, unos a reinar en Europa, y otros a vivir a la sombra de otros equipos franceses. Pasamos a contaros una de las grandes noches de Anfield, la noche del “Supersub”, David Fairclough.

Por Jorge Olmos (@george_olmos)

Tercera ronda de la Copa de Europa de 1977. El partido de ida en Saint Etienne, en medio de un ambiente terrible, comenzó mal ya que Kevin Keegan no jugaría el partido por lesión, y el banquillo estaría compuesto por sólo de cuatro jugadores, si a eso le sumamos la clase de algunos jugadores como Rocheteau y Jacques Santini, además de la dureza de los franceses personificada en el argentino Osvaldo “La bestia” Piazza la cosa pintaba mal. El gol en contra marcado por Bathenay hacía que el partido de vuelta en Anfield se transformara en una jornada épica para el equipo de Paisley.

Con un Anfield abarrotado y un resultado adverso, la vuelta de Súper Ratón no pudo ser mejor. Cuando el reloj de Anfield señalaba sólo dos minutos de partido, sacó un corner en corto el bueno de Kevin Keegan, Heighway le devolvía el balón y desde el corner derecho el balón describía una parábola que entraba en la portería gala. La eliminatoria ya estaba igualada. El 1-0 llegaba al marcador de Anfield con mucha gente todavía fuera del mismo. Los franceses en vez de venirse abajo se fueron hacia la portería red pero allí Ray Clemence emergería con la gran estrella que era y detuvo las acometidas de los galos en esos minutos, pero el empuje de los jugadores de Paisley no cesaría, y con un gol anulado a Jimmy Case por falta sobre un defensor «vert» se llegaría al final de los primeros 45 minutos.

Comenzaba la segunda parte y sin tiempo para acomodarse, los galos, que por aquel entonces eran uno de los equipos punteros en el panorama europeo, comenzaban dando un susto a la parroquia red. El jugador que había marcado en la ida, Bathenay, cogía el balón en el centro del campo y tras llegar a la frontal del área grande soltaba un zapatazo que se introducía en el marco de Ray Clemence, un tanto magnifico que no sorprendía en un jugador de su clase. Los 5.000 hinchas «verts» allí desplazados no paraban de gritar y animar; el “Allez les Verts” hacía retumbar en los cimientos de Anfield. Parecía que iba a ser difícil levantar este resultado, entonces Anfield puso su granito de arena empujando a los reds y 9 minutos después del gol galo, en un balón colgado al área, John Toshack bajaba el esférico y se lo dejaba a Ray Kennedy que con un gran tiro volvía a batir al portero galo. El 2-1 subía al marcador.