Érase una vez en Old Trafford.

Érase una vez en Old Trafford.

marzo 18, 2016 1 Por George Olmos

El truco mágico de Coutinho.

Por George Olmos (@george_olmos)

No se preocupen, esto no es otro cuento de los hermanos Grimm, ni les voy hablar del nuevo show de David Copperfield. Además, a quien aquí les escribe lo de dar a los niños algo para soñar, como que no le sale bien y lo de los magos, como que no va mucho conmigo. Pero si les diré que el título del post está más cercano a aquella película que le costó la vida, las ganas y la memoria al director Sergio Leone: “Erase una vez en América”. Lo vamos a mezclar todo bien, con una esquela, un truco mágico, Ennio Morricone y Coutinho, así que si no quieren perdérselo siéntense y a disfrutar.
Lo siento por comenzar así pero no me gustan los magos, lo vamos a dejar claro, por si acaso buscan un manual de como sacar conejos de una chistera o de que color es su carta. Nunca fui muy de estos ilusionistas, pero es que lo que ayer ocurrió en el “teatro de los sueños”, sí que fue de mago y lo hizo Coutinho con un ‘nada por aquí, nada por allá’ y ¡¡zas!! Convirtió lo que era un sueño, en una pesadilla para Louis Van Gaal y los suyos. Además, el genio de Ipanema iba vestido para la ocasión, con chaqué negro y, como siempre, con su chistera de los grandes momentos. Ese eslalon cual Alberto Tomba trazando preciosos giros ante los jugadores del United que se le acercaban. Magia a raudales.
Estas derrotas duelen, sí. Las risas al comienzo para los inquilinos de Old Trafford se tornaron en tristeza. Cuando pasen los años me imagino a Louis Van Gaal volviendo a su casa en Holanda en un marzo ventoso, lloviznando. Y que al llegar a su local favorito, le pare ese amigo que hace años que no le ve, se gire, vea un calendario y observe: 17 de marzo. Y como aquel Robert de Niro en “Erase una vez en América”, cuando entra en aquel bar y su amigo le pregunte: “¿Qué hiciste durante tantos años?», él le responda: “Acostarme temprano”. Esa frase encierra tantas cosas, el pasado, la desilusión y la falta de esperanza. Así me imagino a Van Gaal tras aquel partido, al recordarlo años después, mirando el calendario cada Marzo.

No soy muy ir a los periódicos y mirar la sección de esquelas, pero hay mucha gente que le gusta saber quién se fue de este mundo. Durante 15 años todos los 14 de cada mes y los 19 de febrero dos periódicos, como son el Periódico de Cataluña y la Vanguardia, deben publicar una esquela a toda página, en la que ponga: “Siempre seremos cuatro”. El misterio de esta publicación tiene nombre y apellidos: Manuel Martínez Calderón, un empresario catalán que amasó una gran fortuna en la ciudad condal y que tras fallecer lo dejó bien atado todo. Desde qué canción pondrían en su adiós, hasta dar 20 millones de euros a estos dos periódicos para que en esas fechas se publicará dicha esquela hasta que se acabe dicho dinero. Y si no se publicara dicha esquela, deberían devolver esos 20 millones a la familia dichos periódicos. Los textos siempre vienen acompañados de una frase o una cita y dicen que todas tienen que ver con el estado de ánimo del seguidor culé. Sin ser tan amante del paso a la otra vida, estoy por pagar un anuncio a toda página en un periódico de Manchester y otro de Liverpool. En color rojo, a toda página y que sólo salga una chistera y un balón, con un 17.03.16. Ellos lo entenderán.
Para el siguiente párrafo deben ponerse está canción de Ennio Morricone “The Ecstasy of Gold”.

Ennio se dirigió a Estados Unidos para irse a ayudar a su amigo Sergio Leone. Me imagino a Coutinho de la misma manera, viajando a Liverpool para hacernos felices, entrando con esta melodía al vestuario de Old Trafford, con esos acordes de «El bueno, el feo y el malo» -aquí les dejo que ustedes puedan elegir cuál es cuál-  y de fondo recordando la jugada. Cuando corría el final de la primera parte, el brasileño se pasó el balón entre sus piernas, arrancó desde el centro del campo y adentrándose en el lateral izquierdo del United, comenzó amagar, para un lado, para el otro y como si fuera un mago, le hizo un truco a David De Gea para marcar algo para recordar por siempre. Asestando el golpe perfecto en la esperanza.

Por eso, cada 17 de Marzo, no sé si podré pagar esa página (se admiten donaciones) pero recordaré aquella jugada de Coutinho. Espero que él sea recordado por más trucos y, por favor, Phil, si lo lees, nunca cantes. Enzo Scifo se arrepintió para siempre. Y tampoco bailes en ningún programa de dudoso gusto, Hassler tampoco quiso hacerlo, pero terminó así. Yo cada vez que recuerde a Coutinho le veré con un balón y una chistera, como lo que es, un mago del balón.