
Análisis sobre Luis Díaz por @CorderoJavi
febrero 7, 2022Luis Díaz del Porto a la orilla del Merseyside.
Por Javier Cordero
Si hay algo que le ha permitido al FC Porto reinventarse casi cada año tras vender a sus estrellas es la calidad de su dirección deportiva. Su red de captación le nutre de talento y le lleva a generar unas plusvalías económicas excepcionales, lo que le da cierto poderío económico en el caso de realizar alguna contratación puntual de gran calado. No obstante, su modelo de negocio con los jugadores no suele corresponderse con estos fichajes de renombre: el Porto compra barato y vende (muy) caro. Sondea el mercado en busca de jugadores que puedan adaptarse con facilidad a la liga y cultura portuguesa, que ofrezcan rendimiento en el corto o medio plazo y que su calidad y juventud sea lo que lleve a los grandes a desembolsar jugosas cantidades. Es el mercado sudamericano el principal sustento de la entidad, el producto importado más común en su plantilla; el porcentaje de acierto económico y/o deportivo es muy alto y además eligen muy bien el momento de la venta. Dos son los países en los que más se fijan los portugueses para establecer su modelo. Por un lado los futbolistas brasileños, que ha dejado nombres ilustres dentro y fuera de la Liga Bwin: Fernando Reges, Danilo, Álex Sandro, Hulk, Felipe, Otávio, Militao…
Por otro lado, los futbolistas colombianos han tenido siempre cabida y han encajado bien en la competición, bien llegando desde clubes autóctonos o desde otras ligas sudamericanas o europeas: Guarín, James, Falcao, Quintero, Uribe, Jackson Martínez… El último futbolista que ha aterrizado de pie en el Porto ha sido Luis Díaz, llegado del Júnior de la liga colombiana y que ha completado una primera vuelta de campeonato excepcional, dejando ver que su explosión, a los 25 años de edad ha comenzado. El Liverpool se ha adelantado a otros perseguidores y ante todo pronóstico se ha hecho con sus servicios a cambio de una buena suma de dinero en este mercado de invierno.
Como ya hemos comentado en otros textos de esta web, la dirección deportiva del conjunto inglés va siempre de la mano de su entrenador y ambos tratan de buscar los perfiles que más se adecúan al juego que propone. Estos no buscan en un gran porcentaje de los casos dar variedad a la plantilla por sus peculiaridades, más bien se centran en las similitudes que puedan encontrar con los que ya están, es decir, tratan de tener aquellos que más se asemejan a los futbolistas más habituales. Se trata de doblar posiciones pero también perfiles. Esto se cumple con Luis Díaz, que no es un extremo a pesar de aparecer en la foto en la parte izquierda del ataque del Porto, bien en 4-4-2 sobre todo o en 4-3-3. Luis es un delantero escorado, un rol que puede compartir con esa posición de extremo. Él juega de extremo izquierdo a pie cambiado, pero no como un extremo. Su razón de ser es la portería, estar en las zonas de consecución del gol, generar desequilibrios dentro bien desde ahí o desde fuera pero siempre con el objetivo de generar situaciones de finalización para él o para el resto.
Esto es importante recalcarlo porque se tiende a calificar a Mané y Salah como extremos y sí, en el once titular que sale en nuestras pantallas aparecen por bandas pero los jugadores se mueven, interactúan y deciden según su naturaleza y la de ambos no es pegarse a la cal y desequilibrar; lo suyo es aparecer por zonas cercanas al área para así estar más cerca del gol. Eso y que Klopp durante su carrera no ha sido un técnico muy asiduo a usar extremos por fuera. Quizás, a excepción de Kuba en el Borussia Dortmund, ha optado por perfiles más relacionados con el carril central, como centrocampistas (Grosskreutz), mediapuntas (Gotze, Lallana o Coutinho) o delanteros (los mencionados anteriormente, Origi, Sturridge en alguna ocasión o Jota). En este último grupo podemos meter a nuestro protagonista, pues pisa la banda para entrar en contacto con el balón pero cuando la jugada se va creando y va evolucionando hacia el desequilibrio y la aceleración, la deja libre para la incorporación del lateral, pues su jugada ideal acaba con él en el área. El Porto trata de acumular mucho hombre en el carril central, metiendo dentro a los hombres de banda para hacer ataques frontales y generar la amplitud con los laterales. Esto casa bien con su nuevo club, que tiene comportamientos semejantes en cuanto a repartición de espacios.
Condicionalmente, es un futbolista espigado, en torno al 1’80 metros y con una complexión delgada. Su juego se basa en el cambio de ritmo y la velocidad, añadiendo elasticidad en sus movimientos con el balón a la hora de encarar rivales. En campo abierto es difícil de controlar, ahora bien, el interrogante sobre su adaptación a una liga como la Premier está presente. Los choques, el aguantar el balón ante embestidas rivales y disputar con mediocentros y centrales puede ser un punto de mejora futuro, quizá a partir de ganar cierta masa muscular, un cuerpo más equilibrado que le permita esa adaptación al fútbol inglés sin perder tampoco esas características físicas que le han hecho marcar las diferencias en Portugal.
Si ya hemos comentado que el plan de Klopp es encontrar jugadores similares y así doblar perfiles en cada posición de su 4-3-3, lo que diferencia a Luis de los dos africanos es su relación con la pelota. Es una extensión más clara de su cuerpo, menos forzada, más callejera y refinada. Si Salah y Mané cuando pueden correr prefieren un balón al espacio o conducir desde los últimos 35 metros, él se siente cómodo lanzando ataques desde bastante más atrás porque su técnica se lo permite. En transición y con espacios aumenta el peligro de sus conducciones de balón, con la cabeza levantada y midiendo bien la velocidad que requiere la jugada. Si no dispone de espacios, es un jugador que cuenta con regate. De hecho, es probablemente su gran aval a partir de ahora en la gran élite.
Promedia tres regates completados por partido en liga y Champions y a la hora de decidir hacerlo suele acertar. Lo que le hace aún más imprevisible es la habilidad de salir por ambos perfiles por su dominio de ambas piernas. No se limita a ser el jugador que a pie cambiado busca la diagonal para chutar, si no que también insiste en marcharse por fuera y poner el centro con la izquierda; mezcla la jugada individual con la jugada que potencia el colectivo. En estas situaciones, sin embargo, deberá posiblemente modificar sus patrones porque por detrás presumiblemente llegará Robertson, lo que le invite a buscar más la diagonal hacia dentro y menos la salida por fuera, esperando al desdoblamiento del escocés y pillarle en carrera para el centro.
Cuando la jugada se desarrolla menos en el pico del área y más en la frontal, también muestra una buena paleta de recursos para marcar la diferencia. Es un jugador que entiende ‘el uno-dos’, la pared, el penúltimo pase, el último pase. Esas jugadas que se inventan sobre la marcha y que a priori no se ven, pero él sí logra imaginarlas. A medida que pueda establecer relaciones con los Jota, Salah, Mané, Thiago y compañía, las jugadas fluirán mucho con un nuevo compañero que la pide pero también sabe cómo devolverla en función del receptor de la pelota. Y si no consigue esa asociación, no durará en buscar puerta. Porque el Liverpool ha fichado con Luis un jugador diferencial en el golpeo de balón, uno más pulcro técnicamente hablando que el del resto de atacantes, tanto con la izquierda como con la derecha. Mezcla potencia y colocación, tarda poco en armar la pierna y busca bien esa zona donde el portero tiene más complicado atajarlo.
El Liverpool se ha apresurado por firmar a un jugador que ha empezado a explotar en la edad ideal, con 25 años y en un punto de su carrera similar al que tenían Salah, Mané o Jota a su llegada: en fase de crecimiento de su carrera en un buen club europeo de segunda fila en el que lleva varios años adaptado. Aún sin preveer donde está su techo pero con el deseo de Klopp de firmarlo cuanto antes una vez se abierto tal posibilidad, se espera a Luis como una alternativa de calidad a una delantera que necesitaba competencia para enchufarse y medir su capacidad para seguir aportando al máximo nivel.
Excelente nota! sumamente expectantes e ilusionado con Luis Diaz. Muchas gracias como siempre.
YNWA